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Este hombre sin brazos es un experto reparando aparatos electrónicos

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Accidentalmente, Andrés Ospino perdió sus extremidades superiores, pero en contraprestación ganó un profundo aprecio por la vida, que contrasta con el de otras personas que no han debido afrontar ese tipo de adversidad.
Fueron 13.800 los voltios que impactaron la humanidad de Andrés, pero no le hicieron mella a su capacidad creativa ni a su espíritu de superación.
"Mientras nosotros los seres humanos podamos trabajar, debemos hacerlo. Me daría mucha vergüenza ponerme a pedir", declara este cartagenero, técnico en informática, que sorprende por su habilidad para la reparación de dispositivos electrónicos.
A través de un ejercicio diario de observación, aprendió a reparar aparatos electrónicos, una tarea que requiere delicadas y complejas maniobras.
"Como dijo un amigo, caramba de tantos trabajos que hay en el mundo y que podías hacer escogiste el más difícil", cuenta Ospino.
Balmiro Zúñiga, uno de los amigos de Ospino no oculta la alta estima que le tiene: "la superación es lo que uno admira. Ha sido un ejemplo de vida para todos nosotros y los que están discapacitados".
No obstante Ospino debe enfrentarse a la incredulidad de algunos clientes. "Ah, usted es el que arregla los teléfonos quedan como con la duda", cuenta.
Con su trabajo, que considera la mejor terapia emocional, esta persona en situación de discapacidad no sólo ha ganado una buena clientela, sino una admiración generalizada.
"Lo queremos mucho en la vecindad. Lo tenemos como ejemplo, como un guerrero aquí en el barrio. Es una persona que no tiene sus brazos pero se defiende", dice Julio César Luna, otro compañero de Ospino.
Para la superación no hay imposibles, es la conclusión Y es que es tanta su calidad y rigor laboral que algunos olvidan la condición de Ospino. "Para mí él no es una persona discapacitada, para mi es una persona igual que todo el mundo", opina Shirley Cabarcas quien le dio a reparar su equipo.
Andrés Ospino, así, le pone el alma a la superación personal, es un exitoso ejemplo de esfuerzo y dignidad humana.

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