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Adicta al bronceo quiere mudarse a Londres y evadir prohibición en los EE. UU.

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Hace aproximadamente un año, se supo que Krentcil ha dedicado gran parte de sus 44 años al bronceo y de hecho no teme decir que es "adicta" a él. Y aunque lo negó en su momento, fue llevada ante una corte porque llevó a su pequeña uno de estos lugares, lo que le causó una quemadura.
Ahora, ningún centro de estética puede ofrecerle el servicio, ni en New Jersey, donde vive; ni en ninguna parte de los Estados Unidos.
Krentcil le dijo al tabloide británico The Sun, "nací para el bronceo, y no hay nada como el color que puedes lograr de una cámara."
"Pero en el último año, me han prohibido entrar a estos lugares. Ahora tengo que gastar horas cubriéndome con loción bronceadora para lograr el color", explicó.
Por esto, ella planea mudarse a Londres con su familia para comenzar una nueva vida, y seguir bronceándose.
"En este momento es muy frío aquí en New Jersey, así que no puedo gastar horas en mi jardín tomando el sol", dice la mujer.
"Necesito salir de este lugar y retomar el control de mi vida y hacer lo que quiero. Amo Londres y estoy convencida de que es la única manera de que mi familia y yo tengamos felicidad", apuntó.
Aunque reconoce en la entrevista que su adicción ha traído desgracia a su familia y que su esposo y sus hijos se avergüenzan de que los vean con ella, asegura que no dejará su hábito.
"Desde una edad temprana asocié estar bronceada con ser bella. Hace 12 años empecé a usar las cámaras de bronceo y me quedé para siempre. Cada vez que tenía un momento, me iba a los salones, pero nunca me vi demasiado morena. De hecho, nunca tuve el color adecuado", agrega.
La mujer ha ignorado insistentemente las advertencias de los médicos, en el sentido de que esta adicción le puede generar cáncer.
"Las he usado por años y no tengo cáncer, entonces, ¿que saben ellos?", dice.
"Para mi Londres es el lugar perfecto. Nadie nos conoce y a diferencia de New Jersey. Pienso que la gente allá es más educada y menos cerrada".
 

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