Benedicto XVI promete total obediencia a su sucesor

Los cardenales de la Iglesia católica le expresaron su "gratitud" a Benedicto XVI por sus ocho años de pontificado, que concluyen hoy, y por el "ejemplo" que les ha dado en este tiempo.
En el mensaje grupal que les entregó el sumo pontífice, antes de despedirse con cada uno de ellos, prometió "respeto incondicional y obediencia al nuevo papa".
"Continuaré rezando, especialmente en estos días (del cónclave)", afirmó Benedicto XVI, al que se le vio sereno y sonriente, en el discurso de despedida a los cardenales.
Destacó la cercanía, solidaridad y consejos recibida de los cardenales en sus ocho años de pontificado.
Asimismo, les compartió "un principio muy simple que tengo en el corazón" que, dijo, es "la razón, la pasión de la vida".
"La Iglesia no es una realidad pasada, es una realidad viva. Ella vive en la realidad del tiempo", manifestó.
El hasta hoy sumo pontífice reconoció que durante su papado hubo momentos "oscuros" y "hemos tratado de seguir a Cristo", pero que la Iglesia ha dado esperanza a los fieles "de la luz clara que viene de Cristo, que es el único que puede iluminar el camino".
En su última jornada en el Vaticano, el papa se despidió de los cardenales de la curia y los venidos a Roma para participar en el próximo cónclave que elegirá a su sucesor.
Este es el único acto, de carácter privado, previsto para hoy por Benedicto XVI en su último día de pontificado.
Esta tarde, tras el almuerzo, Benedicto XVI abandonará el Palacio Pontificio del Vaticano y se trasladará a la villa Pontificia de Castel Gandolfo, a una treintena de kilómetros al sur de Roma, donde se alojará hasta que estén acabadas las obras de restauración del convento de monjas de clausura existente dentro del Vaticano, donde vivirá.
Ciudad del Vaticano