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Estados Unidos acuerda un retiro lento de Ejército en Afganistán

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En un cambio a su plan anterior, Obama señaló que Washington mantendrá los 9.800 efectivos que actualmente están en Afganistán en lugar de reducirlos a 5.500 a finales de año. El alcance de los planes de Estados Unidos en el país asiático para el próximo año aún no se decide, comentó, pero rechazó cualquier especulación de que el retiro se extienda hasta 2017, cuando el nuevo presidente estadounidense tome posesión.
"Nuestra fecha para completar el retiro no cambiará", declaró Obama.
La primera visita del presidente afgano Ashraf Ghani a la Casa Blanca ofreció un fuerte contraste con relación a las visitas previas de su predecesor, Hamid Karzai, quien era visto por funcionarios estadounidenses como quisquilloso y poco confiable. Ghani agradeció repetidamente a Estados Unidos por sus sacrificios en su país, lo que ofreció una ventana de oportunidad a los esfuerzos tanto suyos como de Obama para rehabilitar la relación entre las dos naciones.
"Esta visita es una oportunidad para comenzar un nuevo capítulo entre nuestras dos naciones", afirmó el mandatario de Estados Unidos durante la conferencia de prensa conjunta en la Sala Este de la Casa Blanca.
En lo referente a la demora en el retiro de tropas estadounidenses, Obama dijo que él y sus líderes militares creen "que proveer este margen de tiempo adicional durante esta época de combates para que seamos capaces de ayudar a que las fuerzas de seguridad afganas tengan éxito es algo que bien vale la pena".
Reconoció que el cambio de planes evitará que algunas tropas estadounidenses regresen a casa cuando lo esperaban, pero insinuó que el peligro que corren será minimizado debido a que no estarán en una lucha armada. El papel de combate de Estados Unidos en Afganistán terminó oficialmente el año pasado, un adelanto a las promesas de reelección de Obama de poner fin a la guerra que lanzó Estados Unidos en los días posteriores a los atentados del 11 de septiembre de 2001.
El cambio de política vino luego de semanas de deliberaciones de la Casa Blanca en torno a si acceder a las solicitudes de Ghani de mantener más tropas en Afganistán por más tiempo, en especial en momentos en que se acerca una época de fuertes combates al llegar la primavera. Las fuerzas afganas de seguridad aún pasan apuros en sus esfuerzos por obtener la fortaleza necesaria para proteger a la inestable nación y mantener alejados a los combatientes del grupo extremista Estado Islámico, cuyos intentos por reclutar gente en Afganistán han sido causa de preocupación regional.
"Afganistán sigue siendo un lugar muy peligroso", afirmó Obama, e hizo notar que los insurgentes aún lanzan ataques y planean atentados suicidas contra civiles. Sin embargo, dijo tener confianza en Ghani, del que consideró "ha tomado el papel de comandante en jefe de las fuerzas armadas de una manera que no habíamos visto antes por parte de un presidente afgano".
Los detractores de la política exterior de Obama, entre ellos algunos republicanos que favorecen un enfoque más bélico, han solicitado desde hace tiempo dejar a más tropas en el país y le han acusado de imponer plazos artificiales impulsados por cuestiones políticas para el retiro de soldados. El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, dijo que está revisando la propuesta de Obama y espera que "cumpla con las solicitudes de nuestros socios afganos, nuestros comandantes en el terreno y miembros bipartidistas en el Congreso".

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