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Obama rechazó violencia en Ferguson tras fallo en el caso de Michael Brown

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Los disturbios de Ferguson, que se desencadenaron en agosto tras la muerte de un joven negro por disparos de un policía y que se recrudecieron anoche, son similares a otros ocurridos en EEUU en las últimas décadas, después de actuaciones policiales contra ciudadanos afroamericanos.

La muerte el pasado 9 de agosto del joven negro Michael Brown en Ferguson por los disparos del policía blanco Darren Wilson desató una ola de disturbios en esta ciudad de Misuri, que se prolongaron dos semanas y causaron numerosos heridos, destrozos y detenciones.

Unos altercados que también recuerdan sucesos de los años 60, cuando el movimiento por los derechos civiles encabezado por el reverendo Martin Luther King luchaba por acabar con la discriminación racial.

Precisamente, el asesinato el 4 de abril de 1968 de Luther King desencadenó una oleada de violentos disturbios raciales en 125 ciudades de EEUU en los que murieron 46 personas, 2.800 resultaron heridas y más de 26.000 fueron arrestadas. La capital del país, Washington, fue la más afectada, con 13 muertos e incontables saqueos y destrozos.

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Tres años antes, en marzo de 1965, la actuación policial contra una marcha en Alabama a favor del voto de los negros causó 50 heridos. Pasaría a la historia con el nombre de "Bloody Sunday" (Domingo sangriento).

En agosto de ese mismo año, la detención de un automovilista negro por dos policías blancos en el barrio de mayoría afroamericana de Watts, en el sur de Los Ángeles, provocó seis días de violencia que causaron 34 muertos, casi un millar de heridos, más de 3.500 detenciones y unos daños valorados en 40 millones de dólares.

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En julio de 1967, disturbios raciales también desencadenados por actuaciones policiales contra la población negra causaron 43 muertos en Detroit (Michigan) y 26 en Newark (Nueva Jersey), además de cuantiosos daños materiales. Aunque los peores disturbios se produjeron en la década de los sesenta, en plena lucha de la población negra por acabar con la segregación que sufría, Estados Unidos ha vivido desde entonces incidentes raciales violentos asociados a la actuación de miembros de la policía contra afroamericanos.

Los más graves desde 1980 tuvieron lugar en Los Ángeles en abril de 1992. La chispa que encendió la violencia fue la absolución de cuatro agentes de policía que habían sido grabados por un videoaficionado propinando una brutal paliza al taxista negro Rodney King. Las protestas se prolongaron varios días y dejaron 55 muertos, más de 2.000 heridos y 1.000 millones de dólares en pérdidas materiales.

En mayo de 1980 al menos quince personas murieron en Miami (Florida) en los incidentes que siguieron a la sentencia que absolvió a cuatro policías blancos acusados de matar a un afroamericano tras cometer una infracción de tráfico. Nueve años después, en enero de 1989, la muerte de un joven negro en Overtown (Florida) por los disparos de un policía hispano encendió durante dos noches la ira de los miembros de su comunidad.

Los disturbios se reprodujeron en Florida en octubre de 1996, esta vez en la localidad de Saint Petersburg, por la muerte del joven negro Tyron Lewis durante un control policial de tráfico. Se desencadenaron tiroteos y fueron incendiados varios edificios. En abril de 2001 Cincinnati vivió varios días de violencia después de que un oficial de policía matara a un joven negro.

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Fueron detenidas más de 200 personas y declarado el toque de queda. En septiembre de 2010 la ciudad californiana de Oakland fue escenario de violentos incidentes después de que un jurado declarara culpable de homicidio involuntario al policía Johannes Mehserle por la muerte del joven negro Oscar Grant. Más de un centenar de personas fueron detenidas.

En julio de 2013 otra decisión de un jurado provocó protestas en diversas ciudades del país, aunque la mayoría de desarrollaron de forma pacífica. El jurado había declarado inocente de los cargos de asesinato en segundo grado y homicidio involuntario a George Zimmerman, un vigilante voluntario de una urbanización de Sanford (Florida) que el 26 de febrero de 2012 había matado a un adolescente negro desarmado.

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