El 11 de noviembre, a escasos 25 día de las elecciones legislativas en Venezuela, un escándalo socavó los cimientos del Palacio de Miraflores. En medio de las amenazas de Nicolás Maduro sobre una “alianza cívico – militar” en caso de perder los comicios, se conoció la detención de dos parientes políticos del mandatario.
Efraín Antonio Campo y Francisco Flores, ahijado y sobrino respectivamente de la esposa del mandatario venezolano, fueron detenidos por la DEA en Haití y desde allí enviados a Nueva York donde responder por narcotráfico.
La programación de la audiencia en la Corte de Manhattan ha sufrido varias dilaciones, en medio de la expectativa, rumores y denuncias sobre una supuesta red de narcotráfico auspiciada desde las más altas esferas del gobierno venezolano.
Los familiares de Cilia Flores fueron acusados de conspiración para transportar al menos cinco kilos de cocaína a Estados Unidos. Según un exoficial de la DEA, se trata de un proceso sólido.
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El fiscal del caso, Preet Bharara, aseguró que Campo y Flores podrían pagar cadena perpetua.
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