Advertisement

Advertisement

Advertisement

Advertisement

Push Noticias Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
Ahora no
Activar

Advertisement

Lady Tabares: una vida que no ha sido un lecho de rosas

6e76fba8ad62e99c840a729f7bd5e85d_0.jpg

‘La vendedora de rosas' supo lo que era la miseria desde muy pequeña. Cuando tenía 4 años un día salió a las calles de su Medellín natal a pedir dinero y caminó tanto que no pudo regresar. Durmió varios días en las aceras hasta que unas monjas la encontraron y la llevaron a un hogar para niños huérfanos.
Años después volvería a las zonas más exclusivas de la capital antioqueña para vender flores, allí la encontraría el director colombiano Víctor Gaviria. Su desparpajo, sonrisa y ternura le ganaron el papel protagónico de la película que el realizador tenía en mente. Era la versión moderna y colombiana del cuento "La vendedora de cerillas" de Hans Christian Andersen.
Más allá de la película, la realidad de la miseria y violencia que rodea a los niños y jóvenes en las calles de la capital de la montaña y la crudeza de las historias de los protagonistas, todos ellos ‘actores naturales', sacudieron al país y al mundo cinematográfico.
Y llegó la gloria. Vinieron los premios, los flashes, las entrevistas, los elogios y los lujos. En 1998, ella, el director y ‘el Zarco', otro de los protagonistas, de la cinta viajaron a Francia como invitados del prestigioso Festival de Cannes, en donde la película estuvo en la competencia oficial. Fueron recibidos como estrellas y caminaron las alfombras rojas, fueron objeto de homenajes y de toda la atención mediática.
Volvieron con las manos vacías, pero llenos de fama y proyectos. Una casa, una fundación, una carrera en los medios.
Algunos se cumplieron y otros no. Un año después, la joven estaría nuevamente en las calles y se convertiría en madre adolescente. Tendría que sufrir la muerte de su amigo y compañero de reparto, así como la del padre de su hijo. Conoció el sufrimiento.
Pero le faltaba enfrentar la derrota. Esta llegó en forma de un asesinato de un taxista en 2002. Lady Tabares y su novio, Edison Castañeda, fueron arrestados. Dos jóvenes que participaron en el homicidio los acusaron de ser los autores intelectuales.
En 2008, un juez la encontró culpable y la condenó a 26 años de cárcel. Cumplió su pena primero en la cárcel de Valledupar y después en El Pedregal de Medellín.
Edison Castañeda alegó siempre que Lady era inocente.
Como se lo contó al programa "Los Informantes", no ha sido fácil estar allí. Su temperamento beligerante y el hecho de ser famosa le costaron más de un problema en la reclusión.
Reviva la entrevista de Lady Tabares en "Los Informantes"
"Algunas de las dragoneantes son muy arbitrarias y cuando se meten conmigo o con alguna de mis compañeras yo no puedo quedarme callada", dijo.
Tras 12 años de reclusión y por ser madre de dos niños, un juez le otorgó el beneficio de casa por cárcel que deberá pagar en su hogar de Bello.
La niña que hace 15 años conmovió al mundo sale por una nueva oportunidad. Dice que quiere estudiar Medicina Forense. El tiempo lo dirá.
De los últimos años le queda un sabor agridulce. "Siempre lo he pensado y siempre lo voy a pensar. Si yo no hubiera sido la vendedora de rosas yo no estuviera acá", dijo desde la prisión.
Y es entonces cuando otra frase cierra un ciclo de su existencia." Actuar en ‘La vendedora de rosas' fue lo peor y lo mejor que me pasó en la vida".

  • Advertisement