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¡Qué recursividad! Con muñeca inflable dan clases de medicina en la UdeA

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La mortalidad materna fue una problemática de salud pública que identificó el Grupo de Investigación Nacer de la Universidad de Antioquia. Fue así como nació la guía Código Rojo, que ha permitido contribuir con la disminución de la mortalidad materna por hemorragia en Medellín, Antioquia y Colombia, y por esto se volvió un referente nacional y, últimamente, internacional.

Según Joaquín Guillermo Gómez, director de Nacer, “cuando el grupo comenzó a trabajar en el 2003 rápidamente se dio cuenta de que la primera causa de mortalidad materna en el departamento de Antioquia era la hemorragia posparto, y en el año 2005 hicimos un análisis de todos los casos y uno de los hallazgos más relevantes era que estas muertes habían ocurrido dentro de los servicios de salud y, usualmente, por manejos inadecuados por parte del personal”.

Según Gómez, hace 11 años en Antioquia se registraban 25 muertes anuales por esta causa y ahora se presentan dos o tres, desplazando a la hemorragia obstétrica del primer lugar como causa de muerte materna, según un informe de 2011 de este grupo de investigación.

Pero para poder llegar a esos niveles de atención fue necesario capacitar al personal desde la práctica, y fue en ese momento cuando se encontraron con el problema de no contar con simuladores que se adaptaran al protocolo médico.

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Por eso el Grupo Nacer se acercó al Grupo de Investigación en Bioinstrumentación e Ingeniería Clínica –GIBIC–, expertos en el desarrollo de la ingeniería biomédica, para recibir la idea de construir su propio simulador.

Revisando la oferta, el profesor Mauricio Hernández, director del GIBIC, se dio cuenta que “el proceso de conseguir un maniquí como lo queríamos implicaba conseguir a una modelo, cubrirla en yeso, sacar un molde, trabajar la silicona sobre ese molde, después pintarla. Hay empresas de efectos especiales que hacen eso pero cuesta una fortuna”.

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Así la nació la idea de usar una muñeca inflable o “sex doll”, para crear un simulador con unas características diferentes a los maniquíes comerciales.

“Por una parte es más liviano, incluye una serie de sensores que, aunque algunos están en los maniquíes comerciales, otros no. Por ejemplo, nuestro simulador detecta las características del masaje uterino. Detecta el tipo de catéter, el tamaño y la ubicación, otros simuladores detectan que se canalizó una vena pero no detectan que haya sido de manera correcta”, comentó Hernández.

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Casandra, como se llama el simulador, sirve para entrenar a un equipo de atención en urgencias en diferentes escenarios y casos de hemorragia: de choque moderado, de choque leve o de choque grave en pacientes posparto.

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Al finalizar el año esperan presentar este simulador mejorado con el fin de perfeccionar la formación de los profesionales de la salud y continuar liderando el desarrollo de simuladores en el país.

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