El COVID-19 obligó a millones de personas a quedarse en casa. Tras la pandemia, hay un antes y un después en las calles de casi todo el planeta.
El Times Square y el Central Park son lugares fantasmas. Nueva York, que es considerada la capital del mundo, es una de las ciudades que registra el mayor número de contagios con coronavirus.
En Estados Unidos, otros lugares como las terminales y parques temáticos de Disney, que normalmente están atiborrados de personas, hoy se ven desolados.
En Europa, mientras tanto, doblan las campanas y resuena la música en honor a los miles de muertos y sobrevivientes que esperan que pase la pandemia.
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Lugares icónicos como Fontana de Trevi en Roma y el Arco del Triunfo en París lucen desolados. Mientras que los tablados de Sevilla, España, permanecen cerrados.
Pero en Colombia, propiamente en Medellín, la situación no es distinta.
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La concurrida Plaza de las Luces, ubicada frente al centro administrativo La Alpujarra, ha dejado de lucir como antes.
Mientras hace unos meses más de 30 venteros ambulantes y transeúntes lucían a su alrededor, ahora solo hay soledad, ni siquiera se pueden detectar imprudencias en la zona.
Al llegar al pasaje Carabobo la situación no cambia; una que otra persona cruza la vía, pero no quedan rastros de los cientos de comerciantes que allí laboraban, ni mucho menos de los emblemáticos mimos y artistas callejeros que hacían de este lugar su escenario.
En la avenida San Juan, se ve uno que otro carro, principalmente buses y vehículos de transporte público que ahora solo sirven para las pocas personas que tienen permiso especial para caminar por la ciudad.
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En otras ciudades como Cali, Bucaramanga y Bogotá el panorama es similar, aunque a veces no faltan los imprudentes.
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