Según las autoridades se hacían pasar por miembros del Clan del Golfo para exigir dinero por no atentar contra ellos y permitirles trabajar en la zona.
Los supuestos delincuentes a través de llamadas extorsivas intimidaban a comerciantes y ganaderos de municipios como Porce y Yolombó, donde les pedían sumas de dinero entre los 600 mil pesos y 8 millones de pesos para que pudieran ejercer sus actividades económicas y así no atentar contra sus vidas.
La captura se logró en flagrancia cuando una mujer se encontró con los delincuentes para entregar una suma de dinero que estos sujetos le habían pedido.
De acuerdo con la policía esta misma modalidad la venían aplicando con diferentes personas de la zona.
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