Familias de desaparecidos del Eje Cafetero ven una luz de esperanza por exhumaciones en Dabeiba

Con el hallazgo de 54 cuerpos en el cementerio Nuestra Señora de las Mercedes las víctimas esperan que alguno corresponda al de su ser querido.

Desde 2004, Ana Marleny Villabón está buscando a su esposo Carlos Víctor, un vendedor de productos naturales al que grupos armados ilegales le habían dicho que no volviera a la localidad de Sánchez en Nariño. El comerciante recorría los departamentos del Eje Cafetero y especialmente Quindío, de donde era oriundo.

“Allá hacían fosas comunes, en algunas partes van por un caño o por un río y realmente no se sabe en qué sitio puede aparecer. Entonces, la verdad, de tantos hallazgos, de tanta cosa, pues creería que algo bueno puede pasar", dice esperanzada doña Ana.

Marleny Zabala Duque, vive una historia similar, desde el 13 junio de 2009 busca a su hermano Jairo, desaparecido en Armenia luego de salir a reclamar un medicamento para una enfermedad muy delicada que el padecía.

Marleny quien perteneció a la asociación comunitaria del oriente de Caldas vive un doble drama: el del desplazamiento y la desaparición de un familiar.  

"Nosotras las mujeres sentimos que todo esto nos devuelve como esa fuerza para seguir construyendo juntas y para que muchas otras personas no pierdan la esperanza y no se guarden en silencio su dolor", destaca la víctima del conflicto.

En Armenia, Flor María Duque Valencia busca a su sobrino Jairo Zabala Duque, quien hace 10 años salió indocumentado a reclamar un medicamento y no volvió a saber nada de él.

"O sea, a pesar de no perder la esperanza, uno siente que el proceso está muy lento, siente que hace falta mucha colaboración del Gobierno, como que las cosas o como que los procesos van muy lentos y son de mucho tiempo", denuncia doña Flor.

Libia Ospina está buscando a Diego Fernando Ospina Criollo, desaparecido en Ciénaga, Magdalena, mientras vendía ponchos y sombreros.

"Estos hallazgos de Dabeiba a nosotros nos despierta una esperanza, esperamos que podamos ver una oportunidad para nuestros desaparecidos y para nosotros", manifiesta Libia, quien busca a su hermano.

Desde el 17 mayo de 2010, Luz Mery Mejía espera celebrar su cumpleaños con su esposo, Wilmer Quiceno Parra, un ebanista de Montenegro (Quindio) que fue a ver su taller y no regresó.

"Que por favor nos escuchen y nos ayuden porque esto es un flagelo de lesa humanidad y que miren como queda una familia desmembrada porque se llevan al papá, o la mamá, o a la hermana, independiente del ser que se lleven de todas maneras a la familia le duele", reflexiona Luz Mery.  

Estas cinco familias guardan la esperanza que, con el hallazgo de más cuerpos en el cementerio de Dabeiba (Antioquia) y con las investigaciones de la JEP en otras regiones del país, se logre encontrar algún rastro de sus familiares y terminar esta incertidumbre de no saber qué pasó con sus seres queridos.