Riñas callejeras, homicidios y barricadas siembran miedo entre los habitantes del municipio bolivarense. El último hecho violento dejó un muerto y cinco heridos.
Como represalia contra los supuestos homicidas, cinco viviendas fueron destruidas a piedra y fuego.
A ese trágico panorama se suman atracos, violaciones y robo de ganado, lo que tiene indignada a la mayoría de la población.
El resurgimiento de las acciones violentas es atribuido a la conformación de pandillas, bandas del microtráfico y delincuencia común.
Publicidad