Habitantes de Puerto Valdivia decidieron regresar al corregimiento donde nadie debería permanecer debido a la alerta roja.
“Aquí en Puerto Valdivia vamos a hacer una casa de es de hasta un familiar, es de una cuñada, que vamos a hacer una casa gracias a dios. Miedo no, lo importante es hacer la casita para uno meterse y el trabajito”, dijo Johan Arias, un campesino que regresó al corregimiento.
Para Johan y su familia es cuestión de normalidad, pero para los comerciantes fue pura necesidad.
Puerto Valdivia ya no es tan fantasma, el sonido de la música indica que hay bares, discotecas y negocios abiertos.
El comercio independiente, uno de los más afectados por la contingencia, decidió volver a abrir sus puertas.
“Hemos regresado todos los comerciantes a nuestros negocios para poder sobrevivir y cumplir con todas las obligaciones que tenemos”, indicó Marceliano Barragán.
Según el censo oficial, unas 837 personas, van y vienen de Puerto Valdivia. Este número incluye a quienes retornaron a sus casas.
“Hemos venido trabajando en unas actas de desistimiento que en su momento proyectó la Unidad Nacional para que estas familias, frente a este acto de irresponsabilidad sepan que están en situaciones vulnerables y que de una u otra manera no deben estar ahí”, señaló Fernando Ortz, delegado de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo.
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Pese al retorno casi que total del comercio, las calles del corregimiento lucen vacías y la mayoría de sus habitantes, permanecen autoalbergados en Yarumal, Briceño o Valdivia o en los albergues temporales de este último.
De acuerdo con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, EPM y la Alcaldía de Valdivia, cerca de mil 400 familias reciben hoy el subsidio mensual para autoalbergarse, pese a esto, unos 184 núcleos censados, todavía esperan ser cobijados con el beneficio, mientras esto ocurre, su situación es caótica.
Ese es el caso de Juan Fernando, doña Libia y sus cuatro hijos quienes aseguran que pasaron dos meses desde su evacuación, fueron censados y que no han recibido subsidio alguno por parte de las autoridades.
“La señora de la casa vino y dijo: señor, si no me paga el arriendo, lamentablemente me toca sacarlo de la casa, entonces para que no me desalojarán de mi casita, me tocó sacar los ahorritos que tenía y pagar el arriendo, ya no tengo más nada y esa gente no me soluciona nada.
De su bolsillo, esta familia pagó los 200 mil pesos del arriendo durante los últimos dos meses. Cada ocho días acuden por el mercado que les asignan, pero aseguran que no les alcanza para alimentar tantas bocas.
Según la Unidad Nacional del Riego cerca de 1400 familias ya reciben subsidio económico. Las restantes empezarán a recibirlo en los próximos días.
“Nos queda un remanente que esta semana tratamos de sacarla, que son más o menos 250 familias, pero ya completaría casi el 100 por ciento de las familias con los apoyos económicos que se han venido entregando”, manifestó Ortiz.
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Updated: agosto 02, 2018 05:22 a. m.