Juan José Salas es un ingeniero geógrafo, que ha dedicado su vida a la ciencia. Hoy, a sus 76 años, regresó a donde pasó la mayor parte de su vida.
Fue el primer hombre en entender esta compleja máquina de 160 proyectores y 300 motores, que llegó al país por un trueque entre Colombia y Alemania, por bultos de café, con un valor de un millón de dólares.
“Tuve que conjugar ese manejo con el conocimiento y qué se podía proyectar, qué se podía hacer en un libreto, cómo se podía grabar, musicalizarlo y que fuera funcional para el público”, recuerda Juan José.
Y con este extrañísimo objeto, que para la época parecía una ficción de Julio Verne, Juan José se las ingenió para que los bogotanos vieran las estrellas con múltiples anécdotas.
Su amor por el espacio se parece al que tiene por el especial complejo que llegó a sus 50 años y el cual estará abierto este 14 de diciembre gratuitamente durante todo el día para aquel que, al igual que Juan José, quiera soñar con viajar a las estrellas.