Decenas de modelos de protocolo fueron víctimas de un ladrón en el centro de Bogotá, luego de que les dijeran que habían sido contratadas para repartir volantes en el sector de San Victorino.
La persona que las contrató les pidió que dejaran todas sus pertenencias: celulares, joyas y otros objetos de valor en la oficina para evitar ser víctimas de los ladrones.
Al regresar, no estaban ni las pertenencias ni el pago y mucho menos alguien que les respondiera. Incluso la oficina donde las habían atendido, era alquilada.