Aseguran que, por los desórdenes de los últimos días, casi no hay compradores ni turistas. De hecho, han tomado medidas por si hay nuevos enfrentamientos.
“He perdido siempre como unos 500 o 600 mil pesos en venta”, lamenta Alexander Martínez, un vendedor informal del centro de Bogotá, escenario este de graves disturbios el jueves y viernes, en el marco del paro nacional
.
“La gente prácticamente no viene porque le da miedo de la protesta, de las piedras, de los gases”, agrega, preocupado, otro comerciante identificado como Alfonso Perugache.
Bancos, locales comerciales y otros establecimientos, cansados de que les rompan los vidrios y les dañen las fachadas, decidieron adoptar nuevas precauciones.
“En varias partes hemos trabajado para tapar, proteger lo que es los vidrios, las fachadas y cuidarse de lo que está pasando”, explica Juan Guevara, instalador de paneles de protección.
El centro histórico de Bogotá permanece bajo custodia permanente del Ejército y la Policía.