La medida, que regía desde noviembre de 2018, sirvió para disminuir el índice de homicidios y la violencia en ese sector de Kennedy.
La prohibición de comercializar y consumir bebidas embriagantes, incluso dentro de la Central de Abastos, había provocado enfrentamientos entre comerciantes y miembros de la Fuerza Pública.
Por su parte, las personas que trabajan con este tipo de bebidas afirman que perdieron hasta 10 millones de pesos durante estos tres meses.
Aunque se levantó la restricción, las cifras de buen comportamiento deben mantenerse durante los dos próximos meses, de lo contrario será nuevamente impuesta, advirtió el Distrito.
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