Testigos señalan que el conductor habría cometido una imprudencia, lo que provocó la reacción violenta del biciusuario.
Ciclistas consultados, sin embargo, reconocieron que cometen infracciones y muchos argumentan que es por el afán de llegar a su destino.
La línea 123 de Bogotá recibe a diario más de 1.300 llamadas por hechos de intolerancia.