La restricción, además del control del pico y cédula, busca frenar la propagación del COVID-19.
El municipio de Copacabana, norte del Valle de Aburrá, amaneció cercado con vallas y cintas de cerramiento.
Ese fue el panorama con el que se toparon conductores y transeúntes en los ingresos a esta localidad que registra ocho casos de coronavirus. La Policía controla los accesos.
“Se les pide el documento de identidad para verificar que sí estén facultados para transitar ese día correspondiente al pico y cédula. Acá tenemos dos dígitos por cada día y estamos haciendo respetar esas medidas”, manifestó Héctor Monsalve, alcalde de Copacabana.
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Otro municipio del área metropolitana de Medellín que cerró sus fronteras fue Envigado, siete puntos de acceso y salida a esta ciudad permanecen custodiados por hombres de la fuerza pública que al paso de los vehículos exigen la cédula a sus ocupantes. Envigado registra ocho casos positivos de COVID-19.
“La idea es impedir que ingresen personas al municipio sin ninguna justificación y también impedir que salgan personas sin ninguna justificación, el plan que tiene la administración es controlar el pico y cédula”, señaló Braulio Espinosa, alcalde de Envigado.
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En Sabaneta, también en el sur, hay estrictos controles. En este municipio, tras el cierre de fronteras, se impusieron 360 comparendos por violar el decreto de aislamiento.
A la fechaSabaneta no registra casos activos de coronavirus .
En contexto: Envigado y Sabaneta imponen controles en sus fronteras para frenar expansión del coronavirus