El 3 de noviembre, más de 20 mil estudiantes de la Universidad San Martín se encontraban en la carrera final para culminar el semestre. Sin embargo, desde el Ministerio de Educación les llegó una mala noticia: el claustro donde estudiaban, se había rajado y sería intervenido.
Los ojos se dirigieron entonces a las directivas del centro académico, a quienes se les señala de malos manejos. Según las investigaciones que adelanta la Fiscalía, de 181.000 millones de pesos reportados como ingresos, solo fueron declarados 123.000 millones de pesos.
Fuentes judiciales han apodado el escándalo de la universidad San Martín como el ‘Saludcoop’ de la educación. Las quejas vienen sobre la actuación frente a la ley, el manejo de los recursos y el control de las instancias jerárquicas como los Consejos Superiores.
En el centro de la polémica se encuentra el fundador del claustro, Mariano Alvear Sofán. El caso de la Universidad de San Martín planteó un debate sobre los alcances de la autonomía universitaria y la necesidad de implantar un organismo de vigilancia, como el caso de una superintendencia en el sector.
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