Cristian Maquilón tenía 20 años y sus habilidades deportivas lo llevaron a acumular decenas de medallas, las cuales guarda su familia en Chigorodó, Antioquia.
Él era un consumado deportista que quiso cumplir con su sueño de ser policía.
Después de un año de su muerte, sus recuerdos están intactos para su familia. En medio de lágrimas, una de sus hermanas muestra las medallas que el joven deportista obtuvo con tan solo 20 años.
A él, al igual que a su familia, le mataron sus sueños. Siempre quiso ser policía y darle una casa a su padre.
“Lo que pedimos es que se haga justicia, porque de todas maneras ellos estaban allá, pues, porque uno pensaba que allá era muy seguro, y vea todo lo que paso”, señaló la hermana del cadete, Zoraida Maquilón.
Doce meses han pasado después del atentado en el que murieron 22 cadetes
y el perpetrador del carrobomba. En la vida de la familia Maquilón todo cambió.
“Parece mentira, pero es un vacío muy grande que nos ha quedado, la vida nos cambió del todo”, indicó Zoraida.
Según el comandante de la Policía de Urabá, Gerson Fajardo, la familia Maquilón ha recibido acompañamiento y como muestra del orgullo que los uniformados sentían por el deportista de Chigorodó, pusieron su nombre al auditorio del escuadrón.
“Este auditorio llevará el nombre y el recuerdo en la mente y el corazón de todos los policías de Urabá, de ese cadete que falleció y que era un gran deportista para esta subregión de Antioquia”, anunció Fajardo.
Vecinos y familiares del joven extrañan su sonrisa, la que los contagiaba en cada momento.
En una de las calles en las que creció, la presencia de Cristian Maquilón, uno de los 22 cadetes muertos en el atentado de la Escuela General Santander en Bogotá, se echa de menos.