Habitantes se abastecen de estanques naturales. Aunque muchos usan el líquido para sus quehaceres, otros se ven forzados a tomarla.
El funcionamiento irregular de los acueductos y la distribución de agua tiene sedienta a la población.
Vendedores particulares han intentado suplir la demanda, pero el evidente nivel de contaminación es una amenaza para la salud.
En esta situación de emergencia se cuentan corregimientos del norte de Cartagena y los municipios de Santa Rosa, Clemencia, Santa Catalina y Villanueva.
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Para superar la calamidad de agua potable, las esperanzas están puestas en los primeros aguaceros de la temporada invernal que solo llegarán hasta finales de abril.