Una familia paisa encontró en las llantas recicladas la posibilidad de sostenerse durante la pandemia. Con la cuarentena comenzaron la fabricación de las manualidades que ahora se han convertido en la principal fuente de ingresos para el hogar.
“Pues la idea salió de que nos quedamos sin empleo, entonces teníamos que hacer algo y como a todos nos gusta el arte, entonces la idea era emplear el tiempo en algo productivo y ahí empezamos a trabajar, toda la familia”, cuenta Dalia Martínez, artesana.
Hugo Cifuentes es el encargado de buscar las llantas que han sido desechadas, para luego transformarlas en artesanías.
“Yo he traído muchas llantas que están botadas, llenas de tierra y las he arreglado, quedan bonitas. Se pintan, se arreglan y se saca una matera, un ave, lo que sea”, destaca.
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La mayor parte de los clientes que adquieren estas artesanías son los viajeros que transitan a diario por el Magdalena Medio antioqueño, entre Puerto Berrío y Medellín .
En esta empresa familiar cada uno cumple su rol.
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“Mi papá tiene esa capacidad de trabajar las llantas, mi mami ya como que las pinta y al ya pintarlas de un solo color o dos me las pasa a mí, para que yo le termine de hacer los detalles, que los ojos de los pajaritos, que los picos, todo eso yo lo arreglo”, explica Karina Cifuentes.
Ahora estas artesanías, que son muy admiradas en la región, también son comercializadas en toda Colombia por medio de las redes sociales.