La pandemia la cogió sin trabajo. Su niña está hospitalizada por una enfermedad huérfana y le tocó vender hasta el videojuego con el que se distraía su otro pequeño, autista.
María Salazar es ejemplo de lucha, pero su situación también refleja el drama de tener que sacar adelante a tres hijos, dos de ellos en condición de discapacidad.
Los recursos se están agotando y ya recurrió a vender los pocos lujos que tenía: “el videojuego de mi hijo, que es su principal refugio, porque es un chico autista, nos tocó venderlo y los celulares de nosotras también para poder comer”.
Algunos televidentes que conocieron su historia hicieron sus donaciones a doña María, que lamenta no haber recibido ayudas por parte del gobierno.
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Ahora solo espera que su situación económica mejore para emprender un negocio con el que pueda salir adelante.
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