Uno de los grandes maestros de la guitarra flamenca murió de un problema cardiaco en México. Fue un compositor inigualable y un intérprete memorable.
El español jugaba con su hijo en una playa de México, lugar donde residía la mayor parte del tiempo, cuando se sintió enfermo. Le pidió a su esposa que lo llevara al hospital, pero murió en el trayecto. Tenía 66 años.
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De una dinastía de músicos y cantaores, Francisco Sánchez Gómez comenzó a tocar desde muy joven, primero con su hermano y después en solitario.
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Tras su irrupción en la escena flamenca española de los 60, el artista comenzó a innovar e imponer un propio estilo. Lo mezcló con el jazz, el bossa nova o el blues. A las que él llamaba “las músicas de la nevera vacía”, algo que le recordaba su pobre infancia en los barrios de Algeciras, en Cádiz.
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