Hace un par de semanas el Ojo de la Noche evidenció el caso de un delincuente que ingresó a un local en el norte de Bogotá y, tras someter a los empleados, se marchó campante.
Lo que más llamó la atención fue que al salir se encontró con dos policías. Con actitud fría y calculadora, en lugar de escapar, habló con los uniformados para no levantar sospechas.
Tras este insólito hecho, las autoridades le siguieron la pista al delincuente y lograron dar con su paradero. Se trataba de un preso de la cárcel Picaleña de Ibagué que había solicitado un permiso por problemas de salud, se lo concedieron y lo aprovechó para robar.
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La Policía llegó hasta la vivienda en la que se escondía y descubrió que en su poder tenía seis celulares y dos computadores, algunos de ellos producto del robo del pasado 15 de febrero en el local de la autopista Norte con calle 127.
Los equipos recuperados por los agentes fueron devueltos a las víctimas y al sujeto lo judicializaron por estos nuevos delitos.
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