Unas 23 personas fueron sorprendidas en una casa de Engativá, que había sido adecuada con luces y sonido para armar rumbas.
Los uniformados llegaron y en patrullas se llevaron a los irresponsables hasta la URI de La Granja.
Allí les dijeron a los policías que no podían recibir a los capturados. “El problema es con la Fiscalía. No se configura un delito como tal sino un ‘comportamiento contrario a la convivencia’ porque no hay una persona a la cual se le pueda demostrar que está contagiada con COVID-19”, lamentó el coronel Óscar Alejandro Tovar, oficial de inspección de la Policía.
En resumen, como no había una prueba positiva de coronavirus, las personas de la fiesta quedaron libres.
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Una situación similar ocurrió en Chapinero. En un piso había luces y sonido, pero los policías no pudieron entrar porque supuestamente esto pertenecía a un sindicato y allí no se estaba llevando a cabo una celebración, sino una prueba de sonido para una fiesta virtual.