La extorsión, en Medellín, es un delito que no conoce de estratos sociales. Según las autoridades, al mes los combos encargados de estas rentas ilegales recogen, en promedio, 20 mil millones de pesos.
La cifra es exorbitante y se debe, en particular, a que los cobradores no discriminan a sus víctimas: extorsionan vendedores ambulantes, pequeñas fábricas familiares, tiendas de barrio, chatarrerías, supermercados, grandes almacenes y hasta hay cuadras completas en donde cada habitante debe pagar una cuota mensual para ‘garantizar la seguridad del sector’.
La Policía conoce esta situación. De hecho en lo que va del año han sido capturadas 52 personas por este delito.
Las últimas dos personas detenidas se hacían pasar por agentes de la Sijín para exigirle al dueño de un establecimiento en el centro de Medellín, 15 millones de pesos a cabio de no atentar contra su vida.
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Los supuestos delincuentes quedaron grabados por cámaras de seguridad en el momento en que recibían la primera parte de la extorsión.
Luego, el Gaula de la Policía intervino y captura a los dos hombres, informó el general Óscar Gómez, comandante de la Policía Metropolitana.
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Los delincuentes, para llevar a cabo su cometido, afirmaban que llevaban un proceso judicial en contra del dueño del almacén.
Los expertos
Según académicos que han estudiado el tema, la extorsión tiene muchas modalidades.
Por ejemplo, si en un barrio los delincuentes exigen a los tenderos la venta de un producto en particular, están ejerciendo una forma de presión y extorsión.
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Así lo afirma Germán Valencia, docente de estudios políticos de la Universidad de Antioquia.
Para combatir esta delincuencia, la Policía cuenta con cerca de 1300 personas que conforman una red de apoyo que, en tiempo real, con fotos y videos, informan a los uniformados de la presencia de ladrones en la zona.
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