La noche del jueves 30 de octubre fue sombría en Amagá.
Las autoridades descartaron las posibilidades de sobrevivientes desde un principio, sin embargo las labores de rescate iniciaron de manera incansable.
Los mineros, al parecer, perforaron de manera accidental el pozo de agua, lo que provocó la inundación.
Once motobombas fueron utilizadas para drenar el agua hasta otro socavón y tras ocho días de trabajos, no había sido posible encontrar los cuerpos de los mineros .
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