Era una organización armada que delinquía dentro de un centro de reeducación para menores. Allí torturaban a otros infractores y exigían dinero a sus padres.
Gracias a las denuncias de jóvenes y papás, el Gaula logró desmantelar esta banda conformada por siete personas que sembraban el terror en el centro de reclusión y sus alrededores.
Los delincuentes registraban en video las agresiones contra quienes pasaban allí su proceso de reeducación, después enviaban las imágenes a sus padres y les pedían consignar entre 150.000 y 200.000 pesos para no hacerles más daño. Muchos de ellos accedían por temor a que la violencia creciera. Debían presentar los comprobantes de pago.
“Habían desmembrado a una persona, habían jugado con la cabeza de esta persona una vez habían hecho el desmembramiento y otros que se integraron al grupo. Era un total de seis, estaban especialmente por temas de extorsión”, detalló el general Fernando Murillo, director del Gaula.
Publicidad
Con las denuncias, se logró la captura de los delincuentes, que ya habían cumplido la mayoría de edad y estaban a punto de salir del centro de reeducación. Llevaban tres años en estas prácticas.
El jefe de la banda no es más ni menos que alias ‘el Cucho’, padre de alias ‘el Caleño’, uno de los infractores.
Publicidad