No pasa un día en el que Leonardo Daza no extraiga del mar o la arena algún objeto de valor económico o histórico.
Así como hay una temporada turística, también hay una bonanza para este rebuscador de metales marinos. La razón es que, a mayor presencia de turistas mayor pérdida de objetos y consecuentemente más ingresos para este atípico personaje.
En su colección personal tiene monedas de un centenar de países.