Durante 46 años hizo una impecable gestión en el Museo de Arte Moderno de Bogotá. Impulsó el arte, la ópera y el teatro.
Al Mambo llegó por encargo de su primera directora, la reconocida crítica de arte Marta Traba, quien fue su profesora en la Universidad de los Andes. Fue allí donde conoció al maestro Fernando Botero.
Con el artista vivió un matrimonio de 7 años. Tuvieron tres hijos, Fernando, Lina y Juan Carlos. Además de siete nietos y una bisnieta.
Sus dos grandes tragedias: el cáncer de su hijo menor Juan Carlos y el proceso 8.000, en el que resultó involucrado su hijo mayor Fernando Botero, a quien apoyó de manera incondicional.
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Siguió firme hasta el último de sus días dedicada al oficio más hermoso del ser humano: el arte, la música y la literatura.
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