En el operativo, realizado en nueve países, incluido Colombia, se logró ubicar a 25 grandes capos.
Muchos de los carros eran llevados hasta Perú y Ecuador para comercializarlos.
Por eso, el tráfico de vehículos robados entre las fronteras se convirtió en el principal objetivo de las autoridades en América.
En la redada cayeron más de 1.000 personas señaladas de pertenecer a bandas dedicas al hurto de carros.
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Dijín y Fiscalía aseguran que en Colombia fue donde más detenidos dejó el operativo.