“Nos enterraron vivos”, dicen Victoria Grimaldo y Jairo Vanegas, que siguen llorando la muerte de cuatro de sus hijos a manos de ‘el Desalmado’ y ‘Chencho’.
Pablo Vanegas, único sobreviviente de la masacre ocurrida en 2015 y que tenía 12 años en ese entonces, recordó cómo logró huir por una ventana de su vivienda en Florencia, que permanece abandonada y llena de dolorosos recuerdos.
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