Camilo Romero enfatizó en que la aspersión aérea no resuelve los problemas de los cultivos ilícitos. También le dijo no a la megaminería y al fracking.
Como ya lo ha hecho en otras oportunidades, el gobernador de Nariño le pidió al presidente Iván Duque que no regresen las fumigaciones aéreas con glifosato a esa zona, que es una de las que más tiene cultivos ilícitos en el país.
Esta vez, justificó que 50 mil familias ya están listas para hacer sustitución de cultivos. “Lo que menos quiero es que la respuesta a esas familias de Nariño, presidente, sea el glifosato, sea la muerte para nuestro territorio, sea la muerte para el ambiente, sea la muerte para el agua”, manifestó.
El distanciamiento de Romero se produce por la forma, según él, como se está abordando el problema. Fue más allá y aseguró tajantemente que en Nariño, durante diez años, asperjaron más de 3.7 millones de litros de glifosato y los cultivos de coca en lugar de disminuir, aumentaron, pues “pasaron de 13.875 a 17.285 hectáreas”.
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El presidente Iván Duque le respondió asegurando que el gran problema es el narcotráfico y que, por supuesto, se deben usar otras herramientas como la sustitución de cultivos y el desarrollo alternativo.
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