No solo educan y juegan con los niños, también son el azote de los grupos delincuenciales que, incluso, las han intentado envenenar.
Desarrollan su labor social en colegios y ancianatos, también ayudan a los campesinos más humildes. Esa labor la combinan con la lucha contra narcotraficantes y criminales.
Precisamente, en el Bajo Cauca, la inteligencia reveló un plan para envenenarlas. Algo que no las frustró sino que las motivó para seguir con su trabajo en los comandos élites de las zonas rurales más apartadas.
Updated: marzo 08, 2019 06:16 p. m.