La Policía se infiltró en una organización que movía más de $80 millones al mes y que, además, lideraba robos y tráfico sexual de menores. Hay 23 capturados.
Un policía encubierto grabó con cámara oculta la manera cómo la banda distribuía la droga, especialmente en entornos escolares.
Hombres y mujeres llegaban a bordo de motocicletas y hacían la transacción en cuestión de segundos.
Durante los seguimientos también quedó registrado cómo los delincuentes utilizaban a niños como fachada para esconder, distribuir y entrega la droga.
Las investigaciones se llevaron a cabo durante más de 6 meses y culminaron con la captura de 23 hombres y mujeres, señalados de actuar criminalmente durante varios años.
A todos se les imputarán cargos por concierto para delinquir agravado y lavado de activos.
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