Pablo Mazuera, el ángel guardián del ciclista, recordó algunas de las anécdotas de su pupilo, quien se convirtió en el primer colombiano campeón del la ‘Grande Boucle’.
Conoció a Egan Bernal cuando era un niño de 12 años y le dijo adiós con 18, cuando emigró a Italia para convertirse en profesional prematuro. Pablo Mazuera visita el Tour y recibe un caluroso abrazo de su antiguo pupilo. "Y eso que quería ser periodista", cuenta luego a la AFP.
Mazuera, ingeniero de sonido formado en Estados Unidos y ciclista aficionado, decidió en 2010 crear una fundación que juntara deporte y educación entre los niños de Zipaquirá.
Bernal, hijo de un hogar humilde -su padre fue guardia de seguridad y la madre trabajaba en cultivos de flores-, fue uno de los pequeños que se alistó.
- Primeros pasos con el inglés -
"Quería formar un proyecto social más que un equipo. Era flaquito y pequeño, fue uno de los más jóvenes que empezó. Le encanta aprender, tiene una menta abierta, es una de las mejores cosas que tiene", recuerda Mazuera.
Por entonces Bernal ya había dado sus primeros pasos en el ciclismo, siguiendo la afición de su padre Germán. Los dio en la escuela municipal de Zipa, que lleva el antiguo ciclista Fabio Rodríguez. Su hermano Ronald, de 14 años, forma parte ahora del mismo proyecto.
"Cuando empezamos él ya era campeón nacional de mountain bike (infantil). Conmigo tuvo sus primeras experiencias en el extranjero. Le llevé a su primer Mundial, en Noruega, con 15 años, donde fue segundo, y luego a Andorra, donde fue tercero", relata Mazuera.
Además de montar en bicicleta de montaña, los chicos de Mazuera reciben apoyo académico. Así Bernal empezó a aprender inglés, con el que hoy se maneja a la perfección ante la prensa.
En la fundación encontró a su novia, Xiomara Guerrero, a la que abrazó entre lágrimas antes de subir al podio de Tignes el viernes después de conquistar el maillot amarillo.
- Pruebas en el centro de la UCI -
"Pasé mucho tiempo con él. Su familia no tenía coche, así que le llevaba a los sitios, para ir a clases en la facultad de comunicación también. Tenía una beca", recuerda Mazuera sobre la experiencia de Bernal en la Universidad de La Sabana.
El joven talento no tenía claro poder dedicarse profesionalmente al ciclismo y había decidido convertirse en periodista. Solo duró un año en la universidad porque el talento pudo más que las dificultades.
"Tras el Mundial de Andorra fuimos al centro de la Unión Ciclista Internacional (Aigle, Suiza) e hizo unas pruebas de esfuerzo. Fueron las mejores de siempre para un corredor de su edad", señala Mazuera sobre el punto de inflexión.
"Entonces decidimos buscarle un equipo de mountain bike, pero nadie quiso contratarle. Luego a través de un italiano que nos llevó a otro italiano, Gianni Savio decidió probarlo", continúa.
- 'Movistar dudo y llegó el Sky' -
Bernal viajó a Italia a intentar su oportunidad con el conocido 'cazatalentos'. "Ganó aquella carrera y le hicieron un contrato muy básico, pero profesional", añade Mazuera.
Era 2016, no tenía 19 años y había firmado por cuatro temporadas con el Androni Giocattoli, de categoría profesional continental (2ª división mundial).
Su talento ya era un secreto a voces en el pelotón. "Lo quiso fichar primero el Movistar, Nairo (Quintana) insistió en que se dieran prisa, pero dudaron y llegó el Sky (actual Ineos)", recuerda Mazuera.
El resto es historia. Aterrizó en el imperio inglés en 2018 y un año y medio después se convierte en el primer latinoamericano que subió a lo más alto de los Campos Elíseos.
Y al menos una parte del mérito la tiene Mazuera, su antiguo ángel de la guarda.
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Updated: julio 28, 2019 04:34 p. m.