Mientras Australia celebraba el título conquistado sobre Nueva Zelanda, Marjorie Enya, encargada del estadio, entró al terreno de juego, agarró un micrófono y declaró su amor a Isadora Cerullo, jugadora de rugby de la selección de Brasil, quien por su reacción no dejó dudas de la respuesta.
Las dos se fundieron en un abrazo ante el aplauso y la ovación de los aficionados y jugadores.
Cerullo, de 25 años, tres menos que Enya, formó parte del equipo olímpico de Brasil que terminó en el noveno lugar en el primer torneo de rugby a siete en unos Juegos, posición que les valió para clasificar a la próxima temporada de la serie mundial de la especialidad.