Colombia espera iniciar los planes piloto de vuelos comerciales el primero de julio. María Elvira Arango hizo un recorrido por las instalaciones, guiada por Andrés Ortega, gerente general de Opain. Así le fue.
El Aeropuerto Internacional El Dorado pasó de tener 30 vuelos en una hora a 30 vuelos a la semana y, desde que la pandemia llegó a Colombia, se han realizado 251 vuelos humanitarios. No se ha abierto ni una tienda ni un restaurante y no hay ni para comprar un vaso de agua.
“Colombia siempre ha estado a la vanguardia”, asegura el gerente general de Opain, Andrés Ortega, y explica qué medidas aplican actualmente para evitar el contagio de coronavirus.
Solo entrarán los viajeros. A la entrada se recordará usar los lavamanos que disponen de agua, jabón y toallas de papel. También se contará con unas cámaras infrarrojas ubicadas en puntos clave que pueden tomar la temperatura corporal de 20 personas en solo dos segundos. Si un pasajero llega a presentar 37,5 grados o más se activarán todos los protocolos de alerta.
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Asimismo, cada pasajero se identificará electrónicamente antes de ingresar.
“El que no tenga tapabocas no puede entrar a la terminal y se le va a armar un problema si se lo quita en el avión”, advierte Ortega.
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El pasabordo virtual es lo ideal por esta época y, tal como asegura el gerente de Opain, “es fundamental que la gente haga más web check-in ya que todos los procesos se van a estar haciendo con el teléfono y sin contacto”.
Antes del COVID-19, lo más importante era pasaporte, pasaje y plata. Ahora lo fundamental al momento de viajar es la paciencia y el tapabocas, pues debido a la rigurosidad de los protocolos “se podría presentar un cuello de botella en la entrada al aeropuerto”.
Por todas partes hay marcadores para el distanciamiento social y no hay ningún contacto humano entre los funcionarios y pasajeros.
“Hemos hecho una serie de cambios fundamentales para atender a la gente de forma segura y tomando las medidas de bioseguridad que se están tomando en los mejores aeropuertos de los referentes en el mundo”, explica Ortega.
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Adicional a las medidas practicadas dentro del aeropuerto, los aviones contarán con protocolos adicionales: “Los buses van a tener un aforo del 30 % y 35 %, en lugar del 100 %. Cada vez que se hace un vuelo, se hace procedimiento en el que se desinfecta todo el vehículo”.
Aunque ahora luce desolado y tiene un aire apocalíptico, allí se respira con tranquilidad porque tiene tres filtros de aire con un sistema de ventilación tan poderoso que se respira como si fuera un hospital.
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No obstante, agrega Ortega, “si llega a haber un positivo, se tomarán todas las medidas de desinfección, pero el aeropuerto está listo para poder operar cuando sea, dependerá de las decisiones que tome el gobierno”.