El técnico argentino se emocionó tanto en una jugada de ataque del equipo de La Plata que terminó en el suelo.
Diego Maradona
se dio el gusto y consiguió que Gimnasia y Esgrima gane un partido como local después de siete meses en la Superliga argentina, en una tarde en la que celebró con euforia y sufrió un fuerte tropezón al borde del campo de juego.
I wish we had Diego Maradona in the Premier League pic.twitter.com/PruaHItmb6
— English Bob 🏴 (@EnglishBob1) December 9, 2019
Gimnasia, que lucha por no descender, consiguió tres puntos valiosos al superar por 2-1 a Central Córdoba de Santiago del Estero, rival directo en la tabla de los promedios, en la que el 'Lobo' continúa en el fondo, pero ahora con menor distancia respecto de quienes están por encima.
La tarde en La Plata (50 km al sur de Buenos Aires) parecía traer nuevas decepciones para los hinchas del Gimnasia, que venía de siete derrotas como local en la Superliga, en las que sólo había marcado un gol, y encima comenzaba casi de la peor manera, en desventaja desde los 12 minutos con gol del colombiano Joao Rodríguez para Central Córdoba.
Sin embargo, Gimnasia se recuperó en la segunda parte y dio vuelta la cuenta con un doblete de Nicolás Contín (51 y 76), para conseguir la primera victoria en su casa desde el 29 de abril de este año, y la cuarta en este torneo, con Maradona al frente del equipo.
Fiel a su estilo, Maradona siguió con atención el partido, reclamó airadamente al árbitro cada vez que entendió que debía sancionarse una falta para su equipo, y gritó con euforia el gol del empate parcial.
Poco después, Eric Ramírez tuvo una gran ocasión para poner en ventaja al local, pero su remate se fue desviado, Maradona lanzó un puñetazo al aire, resbaló y cayó aparatosamente hacia atrás, un resbalón que no le causó daño, aunque estuvo muy cerca de golpearse la cabeza con el borde de cemento del banco de suplentes.
Otro gol de Contín desató los festejos en La Plata y tras la victoria Maradona se arrodilló en el campo de juego y lloró como muestra de desahogo por un festejo que se hizo esperar varias fechas.
Mientras saludaba a sus jugadores, y entre lágrimas, el astro declaró que "los muchachos estaban convencidos de que en el segundo tiempo le daban vuelta. Yo estaba tranquilo. Estos pibes trabajan de verdad. No vinimos de verano a conocer La Plata, vinimos acá a trabajar. Rompimos el maleficio en esta cancha hija de p..."
Como es habitual, antes del encuentro Maradona fue agasajado por los dirigentes del rival, que en esta ocasión le regalaron un bombo legüero, un instrumento musical propio de Santiago del Estero (norte), y una camiseta con su nombre, y además el DT de Gimnasia recibió la visita de Mauricio Pochettino, exentrenador de Tottenham de Inglaterra.