La directiva del Colón retiró la escultura de 2,55 metros de altura el pasado miércoles, después de que club cayera en casa contra el Unión de Santa Fe en el clásico de esta ciudad ubicada 470 kilómetros al norte de Buenos Aires.
La polémica decisión provocó el rechazo de la Iglesia y la dimisión de un integrante del Tribunal de Honor del club, José Luis de Santi, quien denunció lo ocurrido.
"Soy un fervoroso creyente" y "no puedo estar por un lado venerando a la virgen y por otro aceptando que es perjudicial", subrayó De Santi.
Ante la controversia generada, el club emitió un comunicado en el que aclaró que la virgen "no fue retirada de manera permanente", sino que será "bendecida" y "restaurada" en los próximos días, y que "posteriormente se realizará su reubicación".
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Además, la directiva precisó que el coste de la restauración y del traslado de la escultura "correrá por cuenta del plantel profesional" de la institución deportiva.
"Querer retirar a la virgen es como querer sacar en una familia la foto de una mamá. El bajo rendimiento no se lo podemos retribuir a Dios, sino al esfuerzo humano", opinó en declaraciones a la televisión local Osvaldo Gloverdans, sacerdote de la basílica de Guadalupe, en Buenos Aires.
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La escultura de la Virgen de Nuestra Señora de Guadalupe fue entronizada en una de las plateas del estadio del Colón en 2002, cuando fue obsequiada por el uruguayo Jorge Fossati, exentrenador del club.