La final del torneo Apertura 2008 del fútbol argentino, pasará a la historia por su desenlace y por la expectación que ha desatado.
El presupuesto de Tigre ronda el 20 por ciento de los que tienen sus oponentes, con un 95 por ciento de futbolistas surgidos de la segunda categoría y un entrenador principiante, Diego Cagna.
Su aparición en los primeros planos de las principales competiciones argentinas no es nueva, porque ya fue subcampeón del Apertura 2007 ganado por Lanús con un estilo de juego práctico, sólido, que le permitió en la actual competición regular vencer, entre otros, a sus dos rivales en este torneo extra, en ambos casos fuera de casa.
Cuenta con el mejor portero del Apertura, Daniel Islas, y con el segundo goleador del semestre, Martín Morel (13 tantos), pero su verdadero potencial es el "hambre de gloria" de todos sus jugadores, como lo admiten ellos mismos y su técnico.
Si este triangular carece de un favorito es porque Tigre, con su rendimiento, rebeldía y desparpajo ha logrado superar la sensación de que siempre deben serlo por sus gloriosas trayectorias, la prosapia, las figuras de alta cotización y las multitudes que les siguen, dos poderosos como los azulgranas y los boquenses.
Para muchos hinchas de Tigre lo logrado hasta ahora es suficiente y se dan por satisfechos, para Cagna y sus muchachos estar tan cerca de un título genera una adrenalina que borra de sus mentes cualquier otra posibilidad.
San Lorenzo fue el mejor equipo de la primera mitad del torneo, llegó a ser líder con cinco y ocho puntos de ventaja sobre Tigre y Boca Juniors, respectivamente, y un ataque de amnesia futbolística, un bajón al que todavía no se le encuentra explicación, lo puso al borde del abismo.
Su recuperación se concretó con dos goleadas por 4-1 ante Huracán e Independiente de Avellaneda, y un triunfo de oro frente Argentinos Juniors (0-1), el domingo pasado en el estadio más temido por todos los equipos, el Diego Armando Maradona, por las reducidas dimensiones de su campo, las mínimas reglamentarias.
Por diferencia de goles y goles a favor, como suele ocurrir en cualquier parte el mundo, San Lorenzo debió ser el campeón, pero el reglamento en Argentina determina otra cosa y deben dirimir el título en un torneo extra los equipos que igualen el primer puesto una vez cumplido el calendario.
No obstante, Miguel Ángel Russo, su entrenador, creyó que esa posición final podría favorecerlo con una pequeña ventaja en el sorteo de partidos del triangular, y se llevó una sorpresa cuando se anunció que San Lorenzo jugará el miércoles y también el sábado, ante Boca, que comenzará a competir con seis días de descanso.
Tigre volverá a jugar, ante los boquenses, el martes día 23, pero si San Lorenzo gana este miércoles y también el sábado se proclamará campeón.
San Lorenzo obtuvo el título del Clausura 2007 con Ramón Díaz, actual entrenador del América mexicano, en el banco, y con varios de los jugadores que actualmente tiene el equipo de Miguel Ángel Russo, más Gonzalo Bergessio, destacado delantero que el seleccionador Diego Maradona tiene entre sus convocados.
Buenos Aires (Argentina)