Y todos sonríen con el ‘nuevo’ Atlético Nacional

Valía la celebración, de rodillas, como lo hicieron Humberto Mendoza, José Amaya y otros de sus compañeros en la cancha del estadio Atanasio Girardot después del éxito en la sexta jornada de la Copa Mustang I.

El triunfo por 1-0 sobre Millonarios, después de cinco derrotas en línea, sirvió para que Nacional se reconciliara con su afición y, al mismo tiempo, para que los jugadores demostraran que pueden jugar bien y ganar. Todo es cuestión de convicción y compromiso porque capacidades hay.

Los futbolistas dieron lo que tanto les pedía la fanaticada y como un gesto de gratitud al respaldo al cuerpo técnico y a los dirigentes, "se lucieron", señaló una muchacha de camiseta verde y blanca aún con la emoción pintada en su cara, de regreso a casa.

El entrenador Luis Fernando Suárez, que jugó su propio partido en el área técnica, dejó ver su felicidad no solo por la entrega de sus dirigidos, sino por la forma como labraron esos primeros tres puntos en el campeonato colombiano frente a un rival difícil y con una nómina respetable.

Suárez advirtió que por las condiciones que rodearon el partido era imperativo ganar, así fuera jugando mal. "Pero la forma como los muchachos triunfaron es una buena señal en este inicio de la recuperación futbolística y eso es lo que más valoro", comentó el timonel.

En este nuevo ciclo que comenzaron los ‘verdolagas' el estratega destacó la confianza que irradiaron en el ambiente, como para pensar en un buen desenlace.

Después de desfogar toda su alegría en el césped, primero tras el gol de cabeza de Humberto Mendoza, a los 67 minutos, y luego con el pitazo final de árbitro Sebastián Valencia, los verdes realizaron un trabajo de recuperación ordenado por el preparador físico Carlos Gutiérrez.

Giovanni Moreno, quien regresó a la titular, se mostró satisfecho porque no desentonó y estuvo a la altura de sus compañeros a pesar de la falta de competencia por causa de una sanción.

"Por fortuna llegué bien. Había que cambiar la motivación, faltaba creer en nosotros mismos. El camino dependía de nosotros y la gente se fue contenta. Esta vez no hice gol, pero el equipo ganó y eso me deja tranquilo", comentó el Flaco que hizo el pase para la anotación de Mendoza.

A propósito del zaguero santandereano, su gol y despliegue físico lo convirtieron en figura. La dedicatoria, al meterse el balón debajo de la camiseta a la altura del estómago, fue para su esposa Sara, que tiene cuatro meses de embarazo y a quién le había pronosticado que haría gol.

"El equipo lució comprometido, corrió y metió pierna. Sudamos la camiseta y lo vamos sacar del fondo", dijo el artista del juego.

Medellín (Antioquia)