Anna Sorokin fue encarcelada en 2019 luego de haber engañado a la élite neoyorquina durante cuatro largos años.

Sorokin, ahora de 31 años, asumió el nombre de ‘Anna Delvey’ cuando llegó a Estados Unidos. Su historia como heredera no se parecía a su realidad, pues ella venía de una familia de clase trabajadora.

Antes de llegar al continente americano, la joven viajó a París para realizar sus pasantías en la revista de moda Purple; se cree que fue en ese momento en que adoptó su “nuevo apellido”.

Su primera aparición en la ‘Gran manzana’ fue para el New York Fashion Week

Allegados han compartido que al ver el gigantesco mundo de oportunidades que brindaba América, decidió trasladarse a la oficina Purple de Estados Unidos.

Mientras trabajaba para la revista, decidió inventar la Fundación Anna Delvey, una “causa” que solo le ofrecía a los más adinerados de Manhattan. Uno de los beneficios que incluía ser parte de este “selecto grupo”, era el alquiler de Church Missions House, un edificio histórico de la ciudad.

Amigos, entidades bancarias y hoteles de lujo “armaron el rompecabezas”

Les costó cuatro años saber que ‘Anna Delvey' era una estafadora. Sus sospechas iniciaron cuando ella empezó a pedirles dinero y servicios prestados prometiéndoles que pronto les depositaría, acción que nunca sucedió.

Su historia se vio frustrada el 3 de octubre de 2017 cuando la Policía la arrestó en Los Ángeles, California. En Estados Unidos fue condenada a entre 4 y 12 años de reclusión carcelaria por intento de hurto mayor, robo de servicios y hurto en segundo grado. Se cree que logró estafas por más de 275.000 dólares. Gracias a su buen comportamiento logró salir en el 2021 de prisión pero rápidamente fue detenida de nuevo.

¿Por qué regresó a prisión?

En marzo de ese mismo año fue recluida en un centro de la policía migratoria de Estados Unidos debido a que se quedó en el país tras expirar su visa. Según AFP, el servicio de migración estadounidense anunció este martes que ella sigue presa en el país, esperando su extradición.

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