Leona Oceania, un residente de 52 años de Portland, Estados Unidos, llamó la atención de los vecinos al construir su propio ataúd.
El hombre le dijo a Wall Street Journal que siempre la muerte “lo ha intrigado”, tanto así que prefirió construir su féretro.
Oceania trabaja como administrador en un departamento de obras públicas municipales y también como "doula" o asistente de muerte, pues es quien se encarga de los procedimientos funerarios en su familia.
No construyó el cajón solo. Obtuvo ayuda de un bibliotecario jubilado que realiza algunos cursos de fabricación de ataúdes.
Con esta práctica, buscan que las personas tengan alternativas y acceso a menores costos al momento de fabricar los féretros.
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