Pacientes que estuvieron muertos clínicamente durante algunos segundos han compartido la supuesta existencia de la “luz al final del túnel”. De acuerdo a investigaciones científicas, este hecho no representa un encuentro místico con el “más allá”, pues tiene relación con el cerebro.
El neurofisiólogo Kevin Nelson apunta a que las personas ven la “luz al final del túnel” debido a que pasan por un alto estrés y tienen cierta predisposición a trastornos de sueño.
Otros expertos creen que el estrés generado por estar cerca a la muerte puede hacer que las personas recuerden su nacimiento, relacionando el “túnel” con el canal de parto.
Para los neurocientíficos Sebastian Dieguez y Olaf Blanke, citados por Daily Mail, existen dos tipos de experiencias cercanas a la muerte. La primera se asocia al hemisferio izquierdo del cerebro y, la segunda, al hemisferio derecho.
En el primer caso las personas tienden a sentir el poder de volar o la sensación de la alteración del tiempo. En el segundo, quienes han estado a punto de morir han afirmado hablar con seres queridos que ya fallecieron y captar sonidos poco usuales. A este último es al que se relaciona el ver la "luz".
De igual modo, Nelson afirmó que podría desencadenarse debido a que algunos tienen “otro tipo de cableado en el cerebro” cuando relacionan el despertar con la fase de sueño de movimientos oculares rápidos o MOR. Además, expertos añaden que que el ver la famosa “luz” también puede ocurrir por escasez de oxígeno.
A pesar que la ciencia aún no ha logrado explicar completamente por qué las personas afirman ver una “luz”, estudios, como uno realizado por el Hospital Universitario de Lieja, Bélgica, han hallado que la muerte no es igual para todos.
De 154 relatos de personas que estuvieron a punto de morir, se concluyó que el 80% sintió una sensación de paz, el 69% vio una luz enceguecedora y el 64% se encontraron con personas cercanas.
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