A pesar de que el azul se encuentra en la inmensidad del mar y del cielo, este es considerado como la gama de color menos común en la naturaleza.
Según la Universidad de Adelaida en Australia, “menos de una de cada diez plantas tienen flores azules” e incluso una cantidad menor de animales cuenta con este color.
El centro educativo explicó que todo se debe a la física de la luz, pues “los pigmentos no aparecen respecto al color de la luz que absorben, sino que reflejan”.
Por ejemplo, en el caso del pigmento más común vegetal, el cual es la clorofila, toma la tonalidad verdosa debido a que este color no absorbe, sino que refleja la luz verde.
Explican que las especies que tienen este color lo han logrado “creando estructuras que cambian la longitud de onda de la luz”.
En el caso de las mariposas que cuentan con esta tonalidad, de acuerdo con los expertos, lo logran gracias a que las escamas de sus alas poseen forma de cresta y permiten que la luz se “doble”. Como resultado, la única onda de luz que se refleja es la azul.
A pesar de que este color es sumamente llamativo entre la fauna, tiene un “arma de doble filo”. No solo capta la atención de otros seres en un "buen sentido", también alerta a los depredadores sobre su existencia.
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