Esta es la historia de Chen Qingwang, un hombre que era muy cercano a su vecina de 95 años, Li Xiufeng, quien vivía sola y no tenía familiares ni hijos.
Según detalló Daily Mirror, Chen le llevó el desayuno a Li, pero la encontró tendida en su cama e inconsciente. A pesar de que el hombre intentó despertar a su vecina, no logró hacerlo.
Detalló que trató de sentir su respiración, pero se dio cuenta de que ella no respondía y creyó que había muerto, esto a pesar de que no sintió su cuerpo frío.
Como tradición en Guangxi, un terreno montañoso en el extremo sur de China, los ataúdes de quienes acaban de fallecer deben permanecer unos días en sus casas para que los seres cercanos pasen a despedirse.
Un día antes del entierro, Chen se dirigió hacia la morada de Li, pero se llevó una fuerte sorpresa al ver que el féretro estaba abierto y sin su vecina allí.
Al intentar buscar el cuerpo de Li se encontraron con que la mujer se estaba preparando algo de comer en su propia cocina.
Li se golpeó la cabeza fuertemente y cayó sobre su cama, por ello no pudo responder ante el llamado de Chen.
Según comentó el médico local que atendió a Li, la mujer pudo haber sufrido “una muerte artificial”, la cual asemeja que una persona no está respirando, pero el cuerpo permanece caliente y los órganos intactos.
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