Ian Griffiths no solo es un trabajador sanitario en Swadlincote, Inglaterra. En sus tiempos libres se desempeña como exorcista.
El hombre de 56 años ha pasado más de una década “purgando” los hogares de los ingleses para mantenerlos limpios de fantasmas.
Ha tenido que lidiar con fantasmas que lanzan objetos, asfixian, arañan, chuzan y empujan.
“He ayudado a cientos de espíritus desagradables a cruzar (a otros planos y dimensiones)”, comentó al medio The Sun.
Teme la llegada de Halloween porque, en esa época del año, "mucha gente me envía mensajes pidiendo ayuda porque han jugado con una tabla Ouija después de unas copas”.
“La gente juega con estas cosas sin ninguna protección. Creen que es un juego, pero no lo es, puedes hacerte daño a ti y a los demás”, recalcó Ian.
Explicó que al utilizar una tabla Ouija “se abre una puerta al otro lado y los espíritus pueden quedar atrapados y, si no se les ayuda, pueden agitarse y volverse desagradables”, enfatizó.
Además, detalló que “los espíritus pueden apoderarse de tu vida y convertirla en un infierno. Pueden ser muy desagradables. No los quieres en tu vida".
Su experiencia haciendo exorcismos no ha sido nada fácil. Los espíritus pueden drenar energía para materializarse en el mundo físico y mover objetos o infringir dolor a sus víctimas.
Lo han atacado, empujado, arañado en la cara y las manos -lo cual le ha dejado marcas- y han jugado con su mente, tanto así que, dice, un espíritu intentó convencerlo de suicidarse, lo cual le parecía extraño, pues afirma que nunca ha sufrido de depresión o de problemas de salud mental.
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